La llegada del verano no solo pone al descubierto más piel, sino también los efectos que el calor, el sedentarismo y los cambios bruscos en la rutina pueden tener sobre ella. Aunque muchos culpan a la temporada por la aparición de celulitis o flacidez, los expertos aclaran que el verdadero problema no es el verano, sino los hábitos poco saludables que suelen acompañarlo.
Según Teresa de Miguel Miró, fundadora del Grupo Beldon, «la flacidez no aparece de un día para otro, pero puede agravarse rápidamente si dejamos de estimular el tejido». Especialmente a partir de los 30-35 años, cuando disminuye la producción de colágeno y elastina, se comienza a notar una pérdida progresiva de firmeza, sobre todo en zonas como muslos, glúteos, abdomen y brazos.
Tratamientos estéticos: aliados profesionales
Desde Beldon proponen tecnologías como Accent Prime, una combinación de ultrasonidos y radiofrecuencia que ayuda a reducir grasa localizada y reafirmar la piel. Este tipo de tratamientos es particularmente útil tras pérdidas de peso drásticas, una de las principales causas de la flacidez, ya que el cuerpo pierde tanto grasa como masa muscular, dejando un aspecto de piel “vacía”.
9 hábitos clave para combatir la flacidez
Además de tratamientos en cabina, los expertos recomiendan adoptar una serie de rutinas simples pero efectivas:
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Hidratación constante: Beber agua favorece la elasticidad de la piel y mejora la circulación, facilitando la producción de colágeno.
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Dieta rica en antioxidantes: Frutas y verduras con vitamina C ayudan a estimular el colágeno natural.
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Evitar ultraprocesados: Estos alimentos favorecen la inflamación y el envejecimiento celular.
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Dormir bien: Un descanso adecuado regula el cortisol, cuya elevación debilita las fibras de la piel.
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Uso de cosmética reafirmante: Como la línea Body-Lift de Somatoline Cosmetic, con pro-colágeno vegetal que tonifica, mejora la elasticidad y densidad cutánea.
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Duchas frías: Ayudan a contraer los vasos sanguíneos, tonifican al instante y activan la microcirculación.
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Entrenamiento de fuerza: Ganar músculo mejora el tono general de la piel y acelera el metabolismo.
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Evitar subidas y bajadas de peso: Las oscilaciones drásticas desgastan el tejido conjuntivo y aceleran la flacidez.
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Cuidar la exposición solar: Los rayos UV degradan colágeno y elastina, acelerando el envejecimiento cutáneo.
La proteína y el músculo: tus grandes aliados
La doctora Beatriz Beltrán destaca que una bajada rápida de peso suele acompañarse de pérdida muscular, lo que agrava la flacidez. Por eso, durante cualquier proceso de adelgazamiento, es esencial asegurar una buena ingesta de proteínas y mantener una rutina regular de ejercicio de fuerza.
Constancia, no magia
No existen soluciones milagrosas para recuperar la firmeza de la piel, pero sí estrategias efectivas si se aplican con regularidad. Combinar alimentación consciente, ejercicio específico, hidratación adecuada y cuidados cosméticos es la base para mantener la piel firme y saludable en cualquier estación del año.
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