El mundo católico sigue de luto. Las primeras imágenes de la tumba del Papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma reflejan perfectamente su legado: sencillez, fe y humildad.
El sepulcro del pontífice, fallecido el pasado 21 de abril a los 88 años, muestra su nombre en latín («Franciscus»), acompañado únicamente de una rosa blanca, un crucifijo de plata y la luz suave de un foco que resalta la solemnidad del lugar. No hay lujos ni ornamentos ostentosos, tal como Francisco deseaba desde años antes de su muerte.
La decisión de ser enterrado fuera del Vaticano, en la Basílica de Santa María la Mayor, sorprendió a muchos. Esta iglesia, construida en el siglo IV y considerada una de las más importantes de Roma, era un lugar especial para Francisco debido a su profunda devoción a la Virgen María.
Durante su pontificado, visitó esta basílica en momentos clave, como antes y después de viajes apostólicos importantes. En 2022, ya había expresado su deseo de reposar ahí, inspirado por su amor y confianza en la Madre de Dios.
«De todas las iglesias, eligió ésta. Es una verdadera lección de humildad», compartió Amaya Morris, peregrina emocionada tras visitar el sepulcro.
El funeral, realizado en la Plaza de San Pedro, reunió a miles de fieles y líderes de todo el mundo. Asistieron jefes de Estado, monarcas y representantes de diversas religiones. Se estima que más de 140 mil personas se volcaron a las calles de Roma para despedir al Papa argentino.
Durante la ceremonia, el cardenal Giovanni Battista Re destacó el mensaje que Francisco impulsó durante su vida: «Construir puentes, no muros».
En un hecho inesperado, el funeral también sirvió como escenario para un breve pero significativo encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el mandatario ucraniano, Volodymyr Zelensky, quienes intercambiaron palabras sobre la situación en Ucrania.
Con la partida de Francisco, la mirada ahora está puesta en la elección de su sucesor. Aunque la fecha exacta aún no se ha anunciado, se espera que el cónclave inicie alrededor del 5 o 6 de mayo. Será el de mayor participación en la historia moderna, con 135 cardenales con derecho a voto.
Mientras tanto, la tumba de Francisco se convierte en un sitio de peregrinación, donde miles se acercan no solo para llorar su partida, sino también para celebrar una vida marcada por la empatía, la inclusión y la fe inquebrantable.