CDMX a 12 de septiembre, 2025.- El miércoles 10 de septiembre ocurrió algo que sacudió Iztapalapa: una pipa con 49,500 litros de gas LP volcó en el Puente de La Concordia y explotó. Hasta el mediodía del 12, las autoridades de la Ciudad de México ya reportan que 10 personas han muerto, mientras 54 siguen hospitalizadas y 22 ya fueron dadas de alta, según información oficial.
Entre las víctimas fatales están estudiantes, profesores y trabajadores de limpia. Por ejemplo, Ana Daniela Barragán (UNAM, 25 años), Juan Carlos Sánchez Blas (IPN), Eduardo Noé García Morales (profesor de secundaria en Iztapalapa) y Misael Cano Rodríguez, trabajador de limpieza.
Uno de los momentos más conmovedores fue el del caso de Alicia Matías Teodoro, de 49 años, quien protegió a su nieta de dos años cuando ocurrió la explosión. La Secretaría de Salud reconoció que hubo un error al incluirla entre los fallecidos; ella sigue con vida, aunque con quemaduras severas.
La Fiscalía General de Justicia de CDMX ya tiene líneas de investigación. Se investiga si la pipa iba a exceso de velocidad, condiciones del vehículo, cumplimiento de regulaciones, seguros, mecánica y transporte de sustancias peligrosas.
Respecto al lugar de los hechos, peritos revisaron que no existe bache alguno ni daños al asfalto que pudieran haber provocado el accidente. La Fiscalía declaró que las imágenes y evidencia visual recabadas dejan claro que ese rumor circulaba, pero no se confirma.
Mientras tanto, el gobierno capitalino ha desplegado “células de atención integral” en hospitales y en el sitio para dar acompañamiento legal, psicológico y social a víctimas y familiares.
Quedan muchas preguntas por resolver: ¿la empresa transportista cumplía sus permisos y seguros? ¿Qué tan fuerte fue la velocidad del vehículo al momento del accidente? ¿Se respetaban los protocolos para transporte de materiales peligrosos? También, preocupa cómo se van a cubrir los gastos médicos y los apoyos para quienes quedaron con lesiones graves.
Esta tragedia deja claro algo: cuando algo tan grande falla, las consecuencias alcanzan a muchas personas, no solo a quienes estaban ahí. La atención urgente, la transparencia en la investigación y el apoyo real a quienes lo perdieron todo serán la medida real de la respuesta de las autoridades.
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