El chip cerebral de Elon Musk devolvió propósito y autonomía al primer paciente de Neuralink

En enero de 2024, Noland Arbaugh se convirtió en la primera persona en recibir un chip cerebral de Neuralink, la empresa de neurotecnología de Elon Musk. Dieciocho meses después, su testimonio revela un antes y un después en su vida: el implante no solo le permitió recuperar independencia, sino también encontrar un propósito que había perdido tras años de parálisis.

Arbaugh sufrió un accidente de natación en 2016 que lo dejó cuadripléjico, lo que limitó drásticamente sus actividades cotidianas. Su rutina cambió por completo con el dispositivo implantado en el Instituto Neurológico Barrow de Phoenix, mediante una cirugía de dos horas realizada con un robot. En ella se colocaron diminutos hilos con más de mil electrodos en su corteza motora, capaces de registrar la actividad neuronal y traducirla en comandos digitales.

La tecnología, llamada Telepathy, le permite controlar una computadora únicamente con su mente. Gracias a esto, Arbaugh navega en internet, estudia, lee, juega videojuegos como Mario Kart y hasta maneja dispositivos en su hogar sin necesidad de mover un solo músculo. A diferencia de otros implantes, el de Neuralink es inalámbrico, lo que representa una ventaja en conectividad, aunque también impone retos como la necesidad de recargar la batería cada pocas horas.

En entrevista con Fortune, Arbaugh confesó que ahora pasa hasta diez horas diarias utilizando el chip. “Estoy tan ocupado todo el tiempo… Siento que estoy tratando de recuperar el tiempo perdido tras ocho años sin hacer nada”, dijo. Hoy estudia neurociencia en Arizona, dicta conferencias profesionales y asegura que el implante le devolvió una sensación de potencial y de futuro. “Siento que tengo propósito de nuevo”, expresó con entusiasmo.

Su decisión de participar en el ensayo clínico no estuvo guiada únicamente por el beneficio personal. “Decidí que, incluso si no funcionaba, incluso si algo salía terriblemente mal, sabía que ayudaría a alguien en el futuro”, explicó. Neuralink cubrió los gastos médicos y de viaje relacionados con el procedimiento, y aunque Arbaugh no recibe un salario fijo, ha sido remunerado por conferencias y apariciones públicas, incluida la que en 2024 lo presentó ante el mundo con un saludo memorable: “Hola, humanos”.

No todo ha sido sencillo. Arbaugh ha enfrentado exposición mediática, acoso en redes sociales y hasta un episodio en el que un equipo SWAT acudió a su casa tras una falsa alarma. Sin embargo, asegura que la experiencia ha valido la pena, porque más que un experimento, el chip se convirtió en una segunda oportunidad de vivir con plenitud.

Neuralink, fundada en 2016, busca desarrollar interfaces cerebro-computadora capaces de restaurar funciones perdidas en personas con discapacidades neurológicas y abrir el camino hacia una comunicación más directa entre humanos y máquinas. Aunque todavía se encuentra en fase experimental, la experiencia de Arbaugh ofrece un vistazo de lo que podría ser un futuro donde la tecnología expanda las capacidades humanas más allá de las limitaciones físicas.

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