Un día de caos en el Metro: cierre inesperado de 19 estaciones colapsa la movilidad en la Ciudad de México

Miles de personas que dependen del Metro para llegar a tiempo al trabajo, la escuela o citas médicas vivieron un día particularmente caótico tras el cierre inesperado de 19 estaciones distribuidas en cuatro líneas. Durante al menos cinco horas, los trenes dejaron de permitir ascenso y descenso, lo que derivó en largas filas, andenes saturados y un desconcierto generalizado entre los usuarios, quienes se quedaron sin alternativas claras para moverse por la ciudad.

La mañana comenzó con sorpresa para pasajeros de estaciones como Nativitas y Portales, en la línea 2, quienes aseguraron que la medida los tomó desprevenidos. El anuncio inicial, difundido un día antes, sólo contemplaba el cierre de Zócalo y Allende, por lo que la ampliación de la suspensión despertó molestia, especialmente entre quienes dependían del servicio para cumplir con actividades impostergables. Adultos mayores, algunos en silla de ruedas o con andadera, se encontraban entre los más afectados. Don Raúl, que transportaba su equipo de hemodiálisis rumbo al Hospital General para una revisión, relató que no le quedó más opción que tomar un taxi ante la cancelación del servicio.

El descontento creció conforme avanzaba la mañana. Entre gritos y reclamos como “¡deben avisar antes, nos afectan y no les importa!”, usuarios confrontaron verbalmente a elementos de seguridad, quienes repetían que la suspensión se había informado en redes sociales. Esta explicación generó aún más irritación entre quienes argumentaban que no todas las personas consultan esas plataformas, especialmente quienes dependen del Metro como su medio principal de movilidad.

Las escenas se repetían en distintas estaciones. En San Cosme, usuarios pedían orientación sobre rutas alternas, pero la respuesta de los policías era limitada: en varios casos la única opción viable era caminar hacia estaciones cercanas como Hidalgo. En superficie, el panorama no era mejor. Unidades de la ruta 17 desviaban su recorrido entre el tráfico detenido rumbo a Insurgentes y Antonio Caso, intentando acercar a los pasajeros a la estación Juárez. Al mismo tiempo, bicitaxis ofrecían traslados a Pino Suárez por 200 pesos, mientras que las aplicaciones de transporte cobraban alrededor de 207 pesos para el mismo trayecto. Frente a esos costos, muchos optaron por avanzar a pie entre la multitud.

El Sistema de Transporte Colectivo confirmó el cierre simultáneo de estaciones clave. En la línea 1, Pino Suárez, Isabel La Católica, Salto del Agua y Balderas dejaron de operar; en la línea 2 se sumaron San Antonio Abad, Zócalo, Allende, Bellas Artes, Hidalgo y Revolución; en la línea 3, Hidalgo y Balderas; en la línea 8, Garibaldi, Bellas Artes, San Juan de Letrán y Salto del Agua; y en la línea B, Garibaldi. El organismo informó que únicamente la estación Zócalo permanecerá cerrada hasta nuevo aviso. Tan solo en las siete estaciones afectadas de la línea 2, se calcula que diariamente se desplazan cerca de 188 mil personas, lo que dimensiona la magnitud del impacto.

La jornada cerró con un incidente adicional que agravó los retrasos. A las 18:30 horas, una persona se arrojó a las vías en la estación Villa de Cortés, también en la línea 2, ocasionando una nueva interrupción del servicio y ampliando el caos vivido a lo largo del día.

El episodio dejó claro, una vez más, la fragilidad del sistema de movilidad en la ciudad cuando una parte del Metro deja de operar. Para miles de usuarios, la experiencia de este día no sólo representó una molestia, sino una muestra de la importancia de una comunicación clara, oportuna y accesible para todos.

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